Preguntas sin respuestas

Muchas preguntas no tienen respuestas válidas pero tienen un propósito.

Se que con frecuencia nos llegan preguntas y cuestiones donde desconocemos los porques ni las razones, la mayoría de estas temas en general son dolorosos. 

Aunque aparezcan dos o tres con la excepción lo normal es que cuestionemos situaciones frustrantes, vergonzosas, polemicas familiares, controversias entre pareja, enfermedades, perdidas tanto materiales como emocionales, rupturas amorosas, cambio de posicion, maltrato, diferencias por alguna razon u otra. Quiere decir que aunque hayamos sido sorprendidos por algún hecho maravilloso o una gran noticia pocas veces nos decimos ¿Por que a mi?.

Hay preguntas tan intensas como porque la familia se derrumbó a pedazos, porque tocan las navidades lejos de papá y mamá, porque el cancer llego a nuestra familia, porque mamá no está, porque los amigos tienen que mudarse.

Podemos hacer la lista muy inmensa pero igual seguiríamos sin respuestas. Honestamente duele, es inevitable, es imposible, no tiene sentido intentar entenderlo. Esas preguntas duelen si o si, algunas con tiempo dejan de importarnos no porque no sean importantes (valga la redundancia) pero por cuestiones de ser fuertes, y otras tantas duelen toda la vida.

Me disculpo si este artículo no es para muchos optimista y que tiene unos aires muy pesimistas, les prometo la intención no es empujarlos para abajo o provocarles una depresión. Más bien el propósito de lo que les escribo hoy es hacerlos conscientes de que esas preguntas existes y son partes de nuestro día a día.

Enfrentarnos a realidades dolorosas toma tiempo y cuesta, yo aún estoy procesando las navidades lejos de casa, ya este es mi segundo año y mientras entrenaba en el gimnasio pensaba: -si llevo todo el mes sabiendo que no voy a pasar la navidad con mis padres y ya me he lo dicho muchas veces ¿porque sigue doliendo?, ¿porque me trae melancolía? -ven, otra vez surgen las preguntas, son interminables.

Por allá por el 2020 en medio de la pandemia me tocó hacerme otra serie de preguntas bastantes difíciles y que para mí fueron lo peor de lo peor en su momento. ¿Porqué no funcionó la relación entre nosotros dos? ¿Si ambos éramos dos jóvenes de respeto y con sueños qué pasó?. Y me tocó aceptar y enfrentar la cruel realidad de que había que moverse de lugar, vivir el duelo y seguir adelante. No se trató de una infidelidad ni de ningún tema mayor; simplemente llegó a su fin algo que yo no comprendía en ese momento. Y quiero aclarar un joven de mucho respeto, que no solo era mi novio era mi prometido futuro esposo y que yo amaba.

Pudiera contarles mucho más sobre esa historia, quizás lo deje para un libro. Pero en ese momento todas las noches me parecían sin lunas, oscuras, fatigosas, complicadas y sin salida a mi depresión, que por supuesto me traía un sin fin de preguntas, que ni siquiera tengo la respuesta. Yo no sé qué nos pasó, que le pasó a él o a mí, solo sé que no funcionó, como muchas tantas cosas en la vida y que lo único que nos queda es reconocerlas. Sin revancha alguna.

Pero antes de finalizar el año quiero decirte, no eres l@ unic@ que tiene muchas preguntas, que no entiende que carambas está pasando, que busca la respuesta frente a un dolor que no cesa o a una situación muy complicada. Todos tenemos preguntas, todos en algún momento nos hemos cuestionado y en esa agonía sentimos que se va la vida.

Sin embargo, quiero compartirte algo que me dijo mi terapeuta: “A lo mejor no tienes ni idea de porqué te ha pasado eso, pero mira la persona que te ha llevado a ser gracias a eso que pasó.”

No justificamos ni excusamos las dificultades de la vida, hay situaciones muy malas y otra vez les digo, no tenemos ni idea de porqué o para qué ocurren, mientras tanto nos aferramos a una esperanza: Hay alguien poderoso capaz de enjugar las lágrimas de cualquier situación.

Enjugara las lágrimas de tu pasado, enjugara las lágrimas de esos traumas familiares, enjugara las lágrimas de esa violación que nadie vio, enjugara las lágrimas de la ausencia de mamá, enjugara las lágrimas de esa relación rota, enjugara las lágrimas de ese divorcio, enjugara las lágrimas de esa  pérdida, enjugara las lágrimas de la distancia.